El 25 de septiembre de 2015, los 193 países de las Naciones Unidas adoptaron la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible y, con ella, los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). Los ODS constituyen el marco universal de contribución al desarrollo sostenible, compuesto por 17 objetivos y 169 metas, que deben cumplirse antes de 2030, y están dirigidos tanto a los gobiernos, como a las empresas y a la sociedad civil.
No cabe duda, que el sector agroalimentario, y por extensión el conjunto de la cadena alimentaria, es uno de los sectores que ejerce una mayor influencia e impacto, ya que da respuesta a una de las necesidades más básicas de la población, el acceso a la alimentación. Por ello, tiene implicaciones indiscutibles sobre el bienestar y la salud, las condiciones de vida y trabajo de las personas y sobre el conjunto de los recursos, que se traduce en una alta capacidad transformadora sobre las tres esferas de la sostenibilidad: la social, la económica y la medioambiental, y por lo tanto en cada uno de los 17 ODS y sus 169 metas.
Desde el Departamento de Desarrollo Económico e Infraestructuras, en el ámbito alimentario y de la gastronomía, se han identificado diferentes retos vinculados con cada uno de los 17 ODS. De cualquier manera, para su consecución obliga a la interacción interdepartamental e interinstitucional, ya que deben tenerse en cuenta todos los eslabones de la cadena alimentaria y la aplicación legislativa de cada sector, comenzando por una producción saludable, rentable y sostenible, pasando por la transformación y la distribución, la decisión de compra y el consumo (tanto en locales de restauración, colectividades como en el hogar). Además, deben adecuarse los planes educativos y formativos para profesionales y para tener una sociedad sensibilizada.