El Departamento de Desarrollo Económico, Medio Ambiente y Sostenibilidad del Gobierno Vasco a través de la Fundación Elika, ha elaborado un estudio pionero en España y Europa para medir el desperdicio alimentario en todo el sistema agroalimentario de Euskadi mediante la aplicación de las directrices aportadas por la Comisión Europea, a través de su Decisión Delegada 2019/1597 de 3 de mayo, para homogeneizar la medición.
El Departamento de Desarrollo Económico, Medio Ambiente y Sostenibilidad del Gobierno Vasco a través de la Fundación Elika, ha elaborado un estudio pionero en España y Europa para medir el desperdicio alimentario en todo el sistema agroalimentario de Euskadi mediante la aplicación de las directrices aportadas por la Comisión Europea, a través de su Decisión Delegada 2019/1597 de 3 de mayo, para homogeneizar la medición. El informe presentado ahora es necesario para conocer la realidad de este problema en Euskadi y así poder implementar las acciones más adecuadas.
Conclusiones
Según las conclusiones del estudio -realizado por un equipo multidisciplinar de personas expertas, utilizando la metodología que establece la Comisión Europea- la cifra del desperdicio alimentario (comestible y no comestible) total generado en Euskadi a lo largo de toda la cadena agroalimentaria (primer sector, transformación, distribución, HORECA y Hogares) es de 311.558 toneladas al año. Esto supone una media de 142 kilos por persona y año. Hay que decir que esta cantidad es sensiblemente inferior a la media europea, estimada en 173 kilos desperdiciados por persona y año, según anteriores estudios.
De este total, el ámbito de los hogares produce el 44,7% del total, seguido de la distribución y la manufactura, en torno al 20 y 23% respectivamente.
En torno al 28% de lo desperdiciado sería COMESTIBLE, lo que supone 40 k/persona/año.
Si hablamos de los denominados “materiales potencialmente aprovechables” cuantificados en las fases de producción y transformación, estaríamos hablando de 4.332.945 toneladas al año. Esto supone una importante potencialidad de mejora en la cadena agroalimentaria vasca, buscando fórmulas para una mejor valorización de estos productos y generando así valor añadido para todos los agentes de esta cadena.
Esta cuantificación nos llevará a la prevención, principal mecanismo de reducción en nuestra jerarquía de usos y a establecer un diálogo continuo entre todos los agentes, corresponsables en el problema y en las futuras soluciones que precisarán de la colaboración de todo el sistema alimentario vasco.
Medidas adoptadas hasta ahora
En el contexto de la iniciativa Basque Green Deal-Euskadiko Itun Berdea, este estudio es un paso más dentro de la Estrategia Vasca contra el Despilfarro de Alimentos del Gobierno Vasco, que dio sus primeros pasos en el año 2018 y en la que se incluye también la Plataforma de Euskadi contra el Despilfarro de Alimentos, de la que forman parte actualmente más de 100 agentes públicos y privados pertenecientes a la cadena alimentaria, así como organizaciones sociales.
Entre los años 2019 y 2020, un grupo de trabajo formado por HAZI, AZTI, IHOBE, el Cluster de Alimentación de Euskadi y Neiker, con la coordinación de Elika, realizó un primer diseño y concreción de la metodología para un diagnóstico de la generación de despilfarro en la CAE y la determinación de su impacto económico, social y ambiental, así como las oportunidades de reducción, de acuerdo a las directrices que Europa establece.
Desde el Gobierno Vasco se está intentando concienciar a la ciudadanía sobre la importancia del compromiso individual por un consumo sostenible y responsable de alimentos. Es el primer paso para reducir el distanciamiento alimentario ya que crea conciencia social y nos permite poner en valor el consumo de alimentos de cercanía. Para ello, la Fundación Elika ha puesto a disposición de todas las personas interesadas la web www.zerodespilfarro.eus en la que se ofrece información y herramientas prácticas, así como campañas de publicidad como “ La Comida no se tira”, y campañas en RRSS.
También se han elaborado Protocolos para garantizar que las donaciones de alimentos se realicen salvaguardando la seguridad alimentaria y se han puesto en marcha redes solidarias para dar respuesta a excedentes de alimentos.
Para más información, se puede acceder a la totalidad del estudio aquí.
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